El secuestro es una forma de restricción de la libertad terrible y, cuando se presenta en el mundo onírico, se relaciona con la capacidad de ejercer nuestras libertades en el mundo real.
Casi nunca es bueno soñar con un secuestro y quienes lo hayan hecho reconocen la sensación de angustia de las peores pesadillas. Todas aquellas personas que sueñan con secuestros se sienten atrapados, incomunicados, restringidos, y esas limitaciones pueden manifestarse en muchos aspectos de la vida.
Cuando se sueña que se es víctima de un secuestro, el subconsciente está alertando que hay situaciones en la vida real que son insostenibles porque impiden el desarrollo de la personalidad. Indica pérdida de libertades. Puede ser que la persona se encuentre en una relación afectiva tóxica, que esté próxima a un divorcio. También suele soñarse con secuestros cuando se es víctima de acoso laboral y la única salida parece ser la renuncia.
El significado de soñar con secuestros cambia radicalmente si el protagonista es el secuestrador. En este caso la persona está intentando quedarse con algo que se va. Retener alguna persona en sueños indica que se teme la pérdida de algún bien material o espiritual.
Cuando el secuestrado es un tercero y el protagonista del sueño solo es testigo, se está frente a la advertencia de que alguien de su entorno está siendo silenciado; esa persona se encuentra en peligro o sus capacidades han sido anuladas.
El secuestro en los sueños siempre indica la necesidad de un cambio importante en la vida, y cuando se sueña que se colabora con otros para efectuar un secuestro, significa que hay relaciones dañinas en el entorno, que se ha entrado en contacto frecuente con personas de mal vivir; ladrones o personas de dudosa moral.